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En la contemporaneidad, no es más posible que los juristas sigan con la dicotomía "juez boca de la ley" versus "juez de los principios", o proponer axiomas como "no es posible defender a la ley". Como dice Dworkin, el Derecho es un concepto interpretativo. Así como la propia realidad es interpretativa. Al medio de esa compleja cuestión, se pone el viraje hermenéutico: no hay más textos con sentidos en si mismos, pero tampoco interpretaciones relativistas. Además, en el Derecho el texto se manifiesta solamente en su norma. Pero esa norma tiene límites. Y por qué? Por el simples hecho de que no se puede decir cualquier cosa a respeto de cualquier cosa.

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Mestre y Doctor en Derecho por la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC); Postdoctor por la Universidad de Lisboa; Profesor Titular del Programa de Maestría y Doctorado de la UNISINOS/RS y UNESA/RJ; Profesor invitado de la ROMA-TRE, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Coimbra y de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lisboa.

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